En esta entrada traemos el tercero de los juegos que utilizamos para crear paisajes en degradado desde el área de arts: Kanagawa. Se trata de un juego de temática japonesa con una cuidadísima estética en el que tu objetivo consiste en convertirte en un digno discípulo del excéntrico maestro Hokusai y crear la obra maestra de tu vida.
Os recordamos que los otros dos juegos utilizados fueron el When I dream y el Kodama y que podéis acceder a ellos siguiendo el enlace.
Lo primero que queremos indicar acerca de este juego es que es un poco complicado para las edades para las que hemos planteado la actividad (2º de primaria, 6-7 años) por lo que decidimos simplificarlo retirando varios de sus componentes y, con ello, reduciendo las mecánicas del juego.
Aquí os dejamos un vídeo explicativo para que veáis al detalle todos los componentes del juego así como las mecánicas a través de las cuales se gestionan.
¿Cómo hemos aplicado nosotros Kanagawa desde arts?
Igual que en los dos casos anteriores nuestra intención era desarrollar la creatividad del alumnado ayudándoles, a través del juego, a diseñar los elementos de su propio paisaje. Como podéis ver a simple vista Kanagawa nos daba precisamente eso que andábamos buscando. En primer lugar planteamos este juego para jugar 8 jugadores emparejados; es decir, 4 parejas que tendrían que comunicarse y tomar decisiones acerca de cómo diseñar el lienzo que querían pintar.
A continuación, al tratarse del área de arts and crafts, se les entregó una pequeña guía como la que tenéis aquí publicada para que pudieran utilizarla como recurso a la hora de darse instrucciones en lengua inglesa entre los miembros de la pareja así como para guiarse a lo largo del juego. Al no añadirle casi color, ni ningún dibujo, los alumnos iban completando la información con dibujos (trabajando la comprensión escrita, conociendo nuevas palabras y completando aquellas partes que no entendían a través del aprendizaje social: lo que no sabía uno se lo explicaba el de al lado, etc.)
Y, por último, se extendió el tablero de escuela y se repartió a cada pareja de juego una loseta de inicio donde les venía indicado el patrón de construcción que debían seguir: paisaje marítimo (ola azul), paisaje de montaña (cima gris), paisaje de bosque (bosque verde), paisaje desértico (duna amarilla). A través del símbolo indicado en su loseta de inicio planteamos la mecánica de colección de cartas en la que se basa la aplicación didáctica que presentamos. Así la puntuación de cada pareja dependía de la cantidad de cartas de lección con ese símbolo que fuesen capaces de colocar en su lienzo.
El número de rondas que se planteó era dependiente del tiempo de juego del que los alumnos dispusiesen. En este caso, al contrario que en el árbol de los Kodama con sus cinco ramas que os propusimos la semana pasada, no hay un elemento que pueda hacer finito el juego. Las reglas del Kanagawa lo limitan a cuando se agota el mazo de cartas de lección o a la colocación de 11 cartas de lección en el lienzo, nosotros decidimos acotarlo a los 20 minutos que el alumnado iba a tener para jugar de forma que al finalizar el tiempo la pareja con más cartas de lección en su lienzo ganaría la partida.
Cada ronda se plantea del siguiente modo:
- Primera fase: Seguir las enseñanzas del maestro.
Sobre la primera fila del tablero de escuela se colocan cuatro cartas de lección donde la carta de la columna número tres está volteada. Estas serían las enseñanzas de la primera lección y en este momento las cuatro parejas tienen la opción de elegir si ya han terminado su lección de hoy (para lo cual eligen la carta de una de las cuatro columnas para añadirla a su lienzo) o seguir en la academia para adquirir nuevos conocimientos. Si finalizada esta ronda no quedan alumnos en la escuela se da por finalizada esta fase y se pasa a la fase de poner en práctica el conocimiento adquirido. Si, por el contrario, quedasen alumnos en la escuela se colocaría una nueva fila de cartas bajo las que quedasen en la primera fila (siendo la carta de la columna dos la que estuviese al revés).
De nuevo se puede elegir si retirarse de la escuela con una columna de cartas o si permanecer hasta el final de la tercera lección. De quedar alumnos para una tercera lección se coloca la última fila de cartas en las columnas donde queden aun cartas (columna uno y cuatro bocabajo). Al finalizar la tercera lección los alumnos restantes en la escuela deberán escoger una de las columnas de cartas restantes para llevárselas a su estudio.
Al jugar en parejas y comunicarse en inglés es importante, en esta fase del juego, hacer hincapié en que han de respetar el turno de cada pareja de jugadores.
- Segunda fase: Poner el conocimiento en práctica.
El propio juego en esta fase propone una mecánica de gestión de recursos (pinceles y efectos de las cartas de lección) que es la que te permite añadir las cartas obtenidas. Nosotros decidimos retirar esta mecánica para favorecer la experiencia de juego del grupo de alumnos hacia el que estaba dirigida la actividad. Para ello en esta ronda cada pareja tan sólo tenía que añadir al lienzo de su zona de juego las cartas de lección obtenidas que coincidiesen con el símbolo de su loseta de inicio.
Finalizado el tiempo dedicado a la partida de Kanagawa se realiza el recuento de cartas colocadas en lienzo que cumplan con el patrón de construcción para decidir la pareja ganadora de la partida. Durante el recuento y para trabajar los números en inglés así como el vocabulario específico del juego (people, trees, houses, animals, etc.) y la estructura gramatical "We have" se puede hacer entrega de los diplomas que vienen incluídos en el propio juego (azules, amarillos, verdes y rojos). Así en el ejemplo que se puede ver en la imagen la pareja autora de este lienzo obtendría un diploma verde: "We have three trees"
Por último añadir que, incluir un elemento nuevo para ellos como es un juego de mesa en una asignatura como puede ser Arts, hizo que los alumnos enfocaran la situación desde otra perspectiva. Estaban concentrados y buscaban siempre plasmar la creación que habían hecho con la mayor precisión posible, pero siempre añadiendo su toque personal.
Los elementos que fueron consiguiendo durante la partida de Kanagawa fueron los que añadieron al lienzo que previamente habían degradado, incluyendo así diferentes elementos que hacían que su paisaje quedara más completo, combinando casas, animales, plantas y personas en la estación en la que se centraron. Hemos de decir que ese equilibrio les hizo crear composiciones muy completas y creativas.
Los elementos que fueron consiguiendo durante la partida de Kanagawa fueron los que añadieron al lienzo que previamente habían degradado, incluyendo así diferentes elementos que hacían que su paisaje quedara más completo, combinando casas, animales, plantas y personas en la estación en la que se centraron. Hemos de decir que ese equilibrio les hizo crear composiciones muy completas y creativas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.